domingo, 20 de septiembre de 2015

¿Una imagen vale más que mil palabras? (Segunda entrega)

Los textos que siguen formaron parte de un experimento de escritura creativa que queremos compartir con ustedes. En base a chistes gráficos de Quino, que no conocíamos previamente, elaboramos en clase estos textos breves. La impronta que cada uno le puso a su texto nos dice mucho acerca de cómo las palabras orientan distintas interpretaciones/lecturas de un mismo estímulo o fenómeno. En este caso, la imagen disparadora fue este chiste gráfico de Quino:





-¿Te enteraste que el precio de la nafta se triplica?
- No, ¿Dónde lo escuchaste?
- Lo dijo una abuelita en una verdulería, que se lo había dicho el yerno del mejor amigo del hijo del vecino, que se enteró porque el novio de la hermanastra es amigo del sobrino del abogado que trabaja para la suegra de un político.
- Entonces debe ser cierto. Sin lugar a duda.

Bruno Ponce


A todos seguramente, en algún momento de nuestra vida, nos han hecho jugar al "teléfono descompuesto" con el cual nos reíamos y sorprendíamos cada vez que la última persona decía la frase o palabra que se había comunicado. Lo cierto es que ese juego no está tan alejado de la realidad como puede parecer. Siempre tenemos algo para decir sobre otra persona ya sea bueno o malo y, muchas veces, no se lo decimos personalmente pero, por lo general, de una u otra forma, el comentario le llega. Aunque no siempre de la manera en que lo expresamos. Si nuestro dicho pasa por muchas personas, por muchas mentes y por muchas bocas se producen infinidad de comentarios que puede que sean completamente diferentes a lo dicho inicialmente. Esto puede provocar malos entendidos dando lugar a los rumores. Lo mejor es siempre tratar de cuidar nuestras palabras si no queremos que nos malinterpreten. Y también cuidar de a quién se las decimos.

Micaela Pais

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