Luego de analizar un discurso político, los chicos escribieron uno poniéndose en la piel de un animal que quiere presidir la selva. Intentaron imitar las características que observaron en el discurso analizado previamente.
Animal: yarará
Discurso analizado: de Cristina Fernández de Kirchner
Autora: Ángeles Maslein
Muchas gracias. Muy buenas tardes a
todos y a todas los presentes en este día.
Quiero agradecer especialmente, en
estos días de agitación previos a las elecciones democráticas, a la rata más
fiel de esta selva. A quien nuestro amado ex rey, el cuervo Néstor, un día le
confió el cuidado de todos aquellos que hoy nos encontramos aquí. A quien años
atrás cualquier animal hubiese pensado
que no era capaz de hacer todo lo que hoy tenemos ante nuestros ojos y hocicos.
A él. A mi fiel compañero. A la rata Aníbal le digo gracias.
Días atrás me preguntaba uno que se
encuentra aquí, no me deja nombrarlo pero les digo que está sentado sobre las
primeras ramas de aquel árbol, dicho sea de paso, que nosotros creamos años
atrás y hoy es patrimonio cultural de la selva (aplausos), me preguntaba si
estaba nerviosa por estas elecciones que se acercan. Luego de pensarlo un
tiempo, me arrastré hacia él, lo miré fijo a los ojos y le respondí que no. A
esta yarará, animales, no la asusta nada. No. Miro a mi alrededor y veo todo lo
que hicimos. Así es, lo que hicimos. Porque yo no puedo nada sola. ¿O se
piensan que esta humilde víbora hizo todo esto sin ayuda? Sería imposible sin
ustedes, amigos míos.
Observo a los zorros en sus cuevitas
con sus crías y no puedo dejar de emocionarme ante tan importante logro.
Después de tantos años de opresión, contamos hoy con acceso a viviendas dignas.
Observo a los monos jugando y saltando en sus árboles, esos árboles que ya son
amarillos debido a la cantidad de bananas con que cuentan y les pregunto, ¿no
los emociona esto? ¿cómo no exaltarse ante semejantes posibilidades? No sé si
son conscientes ustedes pero hace años que la selva no contaba con estas
riquezas. Recuerdo a nuestros monos comiendo avellanas, a las panteras
devorando los restos de los leones y a
los pichones de aves entregados al duro
frío del invierno, y me estremece la piel. Pero también me estremece lo que
hicimos para que ya no sea así: porque las bananas no existían, animales, son
nuestras y las trajimos con mi amado Néstor para ustedes. Ahora sí los monos
son felices. Ahora sí las panteras se nutren. Ahora sí los pichones de aves
crecen fuertes y saludables en sus cálidos y dignos nidos.
Pero no todo fue lindo y agradable
para nosotros. Encerrado en mi memoria se encuentra el recuerdo de un león,
aquél león que ya no se encuentra más entre nosotros y que colocó a esta selva
bajo la opresión del autoritarismo. Y les digo, animales, ¡Nunca más! La selva está a salvo desde hace diez años,
ahora y en adelante.
A todos aquellos que intentan golpear
a esta humilde yarará y a su amado pueblo decirles solamente que no podrán con
nosotros, que vamos a luchar por esta selva, vamos a luchar por mantener la
democracia y vamos a luchar por diez, veinte y treinta años más.
Me pongo en sus manos como también
saben que ustedes se encuentran en las mías y en mi corazón. Me gustaría
enroscarme y abrazarlos a todos y a todas.
Muchas gracias a todos y a todas.
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